Hablo de esos días en los que ya la noche anterior das por sentado que no será un gran día de pesca, es mas te suena el despertador a las 5 de la mañana y piensas... lo apago y sigo durmiendo total para lo que vamos a pescar..
Pues ese es el tipo de día que han tenido nuestros compañeros.
Este fin de semana la famosa página "tabla de mareas" no auguraba nada bueno, poca actividad marcaba, aunque claro tampoco es de fiar ni al 60%, pero nos íbamos a meter con la marea bajando, algo nada recomendable y además sabíamos que el viento entraría a eso de las 10 como siempre, pero bueno el que no pesca es el que no lo intenta, o eso nos decimos para sacar fuerzas, cargar todo en el coche y salir al pesquero.
Con el cambio de hora el amanecer nos pilló antes de estar en el agua, el compañero Sergio y yo (Saúl) nos metimos en el agua con ganas de tener un buen día, aunque sabíamos que sería difícil.
Empezamos curricando, esperando que alguna bicuda se nos pegara, la sonda no marcaba ni carnada así que la ilusión disminuía, después de casi una hora sin obtener nada, decidimos intentarlo a jigging.
Después de mi última salida y con la buena experiencia que había tenido con el inchiku quise intentarlo, pero la profundidad y la deriva no me dejaban pescar a gusto con el inchiku, así que opté por sacar mi plan B, el que no falla o no suele fallarme últimamente, el Stream de Hart, con una forma mas aerodinámica me hacía menos deriva y pescando a mas de 70mt era necesario.
A los minutos al fin una picada, pero fue solo eso, una picada que se soltó con la primera envestida, emocionado por esa picada no dejé de mover el jig ni un momento, esperando volver a tener otra, pero el día como había dicho al principio no estaba para grandes pescas.
Es en esos momentos en los que uno encuentra la fe, la fe en dios o en el que nos quiera escuchar, casi rezando por lo bajo, pidiéndole aunque sea una última picada antes de recoger y volver a tierra, no soy muy creyente pero a veces parece que nos escucha y nos da una última alegría....
Un rayado, un bonito rayado que lucha cada vez que lo tengo cerca del kayak, soltando hilo y haciendo que tenga que esmerarme para no perderlo, en eso estoy mientras intento encender la cámara para grabar la lucha pero ufff, casi lo pierdo, así que mejor saco luego unas fotos.
No es el rayado mas grande que he cogido pero tal y como esperaba que fuera el día me puedo dar por contento y mas que satisfecho, ha sido uno de esos días en los que no esperaba gran cosa y al final pude llevar la comida a casa.
Cambiando de día y al hilo de esta entrada...
Al compañero Ariel le pasó algo parecido, de esos días que saliendo 5 kayak no hay casi picadas, cuando te dices "mejor me hubiera quedado en casa, con la parienta", pero que casi al final de la jornada, cuando todo se da por perdido y vuelves a rezar, se hace el milagro y nunca mejor dicho, porque lo de este compañero no tiene nombre, tendré que preguntarle a quién le rezó para conseguir algo así.
Dos medregales a la vez, enganchados cada uno a un anzuelo, el compañero no daba crédito, cuando notó la picada fuerte no podía ni imaginarse que subiría dos de una sola vez, capturados a mas de 80mt, dieron bastante guerra.
Para el que se pueda pensar que es un montaje, tenemos testigos, lástima que no tenía la cámara grabando, pero bueno la experiencia no se la quita nadie.
Moraleja de todo esto, hasta el peor día puede acabar dándonos grandes alegrías...
Espero que os haya gustado esta entrada, si es así comparte nuestro blog, gracias al compañero Ariel por compartir con nosotros sus fotos.
